Desde que se marchó soy su juguete, aparece en la sala, en
la cama, junto a mi mientras tomó mi café; cuando estoy por abrazarla de nuevo
como en ese lejano ayer, desaparece tan rápido como apareció, escuchó su risa,
las frases que amaba, a veces la veo sentada leyendo o viendo películas, a
veces su imagen salta fuera de las viejas fotos, y es entonces cuando todo lo
recuerdo, ella se ha ido y ahora es feliz con alguien más, mientras su fantasma
me atormenta recordándome lo que he perdido a causa de mis inseguridades.
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