Siempre iba por la
vida diciendo las cosas que quería, nunca pensaba si sus palabras dolían o
hundían, tan sólo continuaba hablando.
A veces sus palabras
despedazaban a las personas, como las aves de rapiña a la carne pegada a un
cuerpo, pero a ella no le importaba,, nunca veía lo malo en lo que decía y
jamás lo haría. Ya no había más personas que pudiera destruir.
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